miércoles, 21 de mayo de 2008

Medicina del Antiguo Perú

Conocer la medicina de la antigüedad, es decir, quiénes curaban y cuáles eran sus métodos, demandaba analizar cómo entendían el mundo los pueblos de aquella época. Las nociones de salud y enfermedad están determinadas por la cosmovisión del ser humano, por su percepción del universo. Citando al médico e historiador Juan B. Lastres, la medicina "está encajada dentro del marco que le impone una determinada cultura, creando por sí misma sus métodos y sistemas". Así, los humanos de distintas culturas suelen reaccionar, instintivamente, casi de la misma manera ante iguales dolencias.

La medicina del antiguo Perú estaba íntimamente ligada a la magia y religión, una religión politeísta y animista. Esta concepción mágica es, según el doctor Óscar Valdivia Ponce, producto de la impotencia frente a una naturaleza imposible de dominar, de la cual el indígena dependía y a la cual se encontraba sometido. De ahí que su medicina fuera "más mágica que empirista, e imaginaran que las enfermedades surgen como resultado de esa pugna entre el hombre y su mundo circundante". Los antiguos peruanos tenían una especial relación con el medio que los rodeaba. Sus dioses eran las fuerzas de la naturaleza o los mismos accidentes geográficos. Los apus, dioses tutelares de las distintas comunidades de los Andes, eran divinidades que animaban a cerros, ríos, quebradas y lagos; también a los astros y fenómenos metereológicos; y a las plantas y a los animales.
De ellos dependía el estado de la comunidad: su salud o su enfermedad, su prosperidad o su decadencia. En el Perú precolombino, la enfermedad y la salud eran expresiones de espíritus y dioses.

Para tener una idea del estado de la medicina en el antiguo Perú es importante remitirse a diferentes fuentes como cronistas españoles informes de indígenas, testimonios precolombinos como ceramios mochica y chimú, o los mantos paracas; pero en lo que algo concuerdan casi todos los especialistas: la medicina precolombina no difería mucho de la que se practicaban en Europa por la misma época, en los siglos XV y XVI. Se suele creer que todo lo que llegó del viejo continente tenía un desarrollo mayor, pero no necesariamente fue así.
Coincidencias con Hipócrates
“Cuando los incas sentían mucho dolor de cabeza, se sangraban de la junta de las cejas, sobre las narices”. Esto lo relata el Inca Garcialso de la Vega, y menciona que usaban una lanceta hecha de pedernal. Hipócrates, dentro de la más estricta doctrina humoralista, escribió en sus celebres Aforismos: “Estando la parte posterior de la cabeza con mucho dolor, se obtiene alivio abriendo una vena de la frente”. Admirable hallazgo que aportaba un argumento a favor de la uniformidad de las funciones cerebrales de andinos y europeos

Los pobladores andinos prehispánicos, es especialmente de las civilización inca, desarrollaron conceptos muy interesantes sobre diversos aspectos de la vida social y concretamente, sobre el cuidado de la salud. La mismas supercherías, así como los asombrosos aciertos de la antigüedad clásica –egipcia, griega o romana-, existían también en esta parte del mundo. Desafortunadamente, los cronistas de nuestra Conquista no tuvieron mayor curiosidad para observar y sobre todo para inventariar la realidad andina. No fueron tan observadores como, por ejemplo, los que acompañaron a Hernán Cortés en la conquista de México. Sin embargo, hay fuentes primarias que pueden ser analizadas con objetividad.